Ayer compré una maleta y le puse tu nombre. La llamé como tú para no perderla de vista, para extrañarla rápido y reconocerla entre la gente con los detalles que sólo yo noto.Ya sabes, las marcas que hacen que no me lleve un día otra maleta por equivocación, y tenga que detener a un extraño en en la puerta que se ha confundido, porque no se dió cuenta que la maleta que lleva tenía ese raspón en las ruedas que le hice cuando la bajé a golpes por las escaleras.
Mi maleta se llama igual que tú porque pareciera no llevar nada valioso, pero adentro va contenida mi vida, empacada como un rollito. Mi vida, como un rollito también está adentro tuyo. Está empacada entre amar las cosas que amas y mirar lo que ves, está en alimentarme de lo que comes tú, en aprender lo que estudias tú, en el rojizo que me queda en la piel cuando el sol te pega.
Ayer compré una maleta, y ayer también, decidí que te quiero y ese es un peso que desde entonces no me he podido quitar.